
La sonrisa transmite alegría y felicidad; también autoestima, confianza en uno mismo y seguridad ante los demás. Y tampoco hay que olvidar que la imagen es esencial y mostrar una sonrisa bonita es muy importante.
En muchos casos, la única forma de conseguirla es colocando alguno de los tres tipos de ortodoncia que vamos a explicar a continuación.
- Brackets metálicos

Es el tratamiento de ortodoncia más tradicional. Trabaja a través de pequeñas piezas adheridas a los dientes y unidas por un arco, que es el que guía el movimiento de los dientes hacia su posición correcta con la ayuda de unas gomas.
Es un tratamiento de ortodoncia muy eficiente, que puede llevar cualquier persona, independientemente de su edad. Además, una vez que te acostumbras a los brackets, no suelen generar grandes molestias.
La mayor de sus ventajas es su precio, ya que de los tres tipos de ortodoncia es el más económico. El mayor inconveniente de este tipo de ortodoncia está en la estética, ya que los brackets son muy visibles, aunque hoy en día han reducido bastante su tamaño.
2. Brackets cerámicos

Su funcionamiento es exactamente igual que los brackets metálicos. Pero hay una diferencia esencial: la estética, ya que utiliza brackets fabricados con un material parecido a la cerámica, de un tono muy similar al de los dientes, por lo que es mucho más discreto. Por lo que es una buena alternativa para los pacientes más preocupados por su apariencia estética.
También son la mejor opción en el caso de personas que han manifestado algún tipo de alergia hacia los metales.
Pero tienen dos pequeños inconvenientes: por un lado, son menos resistentes que los metálicos, lo que no quiere decir que se deterioren con más facilidad, simplemente que es necesario tener más cuidado con los alimentos duros. Por otro lado, pueden adquirir un tono diferente con la ingestión frecuente de ciertas comidas o bebidas.
3. Ortodoncia invisible
Es diferente a los otros tipos de ortodoncia anteriores, ya que funciona mediante unos alineadores completamente transparentes que se pueden quitar y poner. Estos se diseñan para que ejerzan presión en los dientes, de modo que se vayan moviendo hacia la posición adecuada. Por eso, a lo largo del tratamiento el paciente recibe diferentes alineadores.
Aunque es más caro, este tratamiento tiene muchas ventajas. Por un lado, los alineadores son completamente transparentes, por lo que es la mejor elección para aquellas personas que necesiten cuidar su apariencia, por ejemplo, por cuestiones laborales. Además, es una ortodoncia mucho más cómoda de llevar, que no crea ninguna molestia al paciente. Tampoco generan ningún problema a la hora de comer, ya que se pueden quitar. Y otra ventaja: la higiene oral es mucho más sencilla.
Cualquier paciente puede someterse a este tipo de ortodoncia, incluso niños. Pero hay que ser muy constante, ya que para obtener los resultados deseados es necesario llevar los alineadores puestos al menos 22 horas al día.
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