Nuestra disposición ante el dentista, como padres, debe ser positiva y de confianza, ya que, en muchas ocasiones, la inseguridad de los niños ante la figura del dentista es el reflejo de la ansiedad de los padres.

LO QUE NUNCA HAY QUE HACER
- Presentar la figura del dentista como el malo de la película: “Si comes caramelos, tendrás que ir al dentista” o “si no te cepillas, te dolerán las muelas y te las tendrás que sacar”.
- Amenazar al niño con llevarlo al dentista si se porta mal, ya que lo asociará con algo malo.
- Llevar al niño a la consulta con engaños (lo asociarán con un sitio malo).
- No hacer comentarios del tipo: “no te va a doler” que hacen al niño ponerlo a la defensiva.
LO QUE ES ACONSEJABLE
- No prepararlos excesivamente: plantearemos la visita al dentista como algo natural: “vamos a que conozcas a tu dentista”.
- Evitar mencionar los premios: lo natural es que se comporten bien. Si le decimos que vamos a darle un premio por su buena conducta, entenderán que lo normal sería comportarse mal.
- Es útil que despertemos su curiosidad: “va a contar cuántos dientes tienes y mañana se lo podrás contar a tus amigos” o “quízás te hace una foto de tus dientes y te la enseña”.
- Si nuestro hijo desea saber más detalles, le animaremos a que sea él quien se lo pregunte directamente al dentista.
- Una vez dentro de la consulta, intentar no interrumpir en las conversaciones del niño con el dentista, ni mencionarle nada con respecto a lo que se le va a hacer.
Si la situación de tu hijo/a es particular o quieres consultarnos algo más para preparar aún mejor su visita, no dudes en ponerse en contacto con nosotros. Estaremos encantados de atender todas tus dudas.
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